Asilah

"Un destino playero diferente"

No voy a andarme con rodeos, te daré 10 razones para venir a Asilah. Si te convencen, genial, sigue leyendo, si no, pues nada, te buscas otro destino y aquí no ha pasado nada:

1) Porque la llaman la Perla del Atlántico.

2) Porque cuenta con 60 km de playas vírgenes de aguas limpias y arena dorada.

3) Porque no tendrás problemas para poner la toalla (Nada de aglomeraciones)

4) Porque descubrirás una cultura diferente.

5) Porque no tendrás muchos problemas con el idioma ya que fue española hasta 1956.

6) Porque podrás comer buen marisco a un precio excelente.

7) Porque también hay unos zumos naturales estupendos.

8) Porque posee una de las medinas más cuidadas del país.

9) Porque tiene unas preciosas puestas de sol.

10) Porque hay que recorrer el paseo marítimo al caer la noche.
 

Veo que sigues leyendo, eso es que te ha llamado la atención así que vamos a indagar un poco más para que no te quedes con dudas.
Asilah no es excesivamente grande pero a pesar de eso, ha tenido una historia bastante movidita. Fenicios, griegos, cartagineses, romanos, árabes, portugueses y españoles han aportado su granito de arena para enriquecer su cronología.
Pero Asilah es musulmana y por supuesto, esa es la esencia que predomina en la ciudad.

Su casco viejo se encuentra rodeado de murallas del s.XV mandadas construir por Alfonso V de Portugal que podemos atravesar por tres puertas; Bab Homar (Puerta de Tierra), Bab el Bahar (Puerta del Mar) y Bab el Kasba.
Por el interior del recinto amurallado hay numerosos monumentos como la Mezquita, las Escuelas de Sidi Mohamed Ali Marzok, la Medersa Coránica, la Torre del Homenaje portuguesa, el curioso Cementerio Muyaidín situado junto al mar con sus llamativas tumbas de colores o el Palacio de Raissouli, construido por un controvertido personaje en 1906.
(Digo lo de controvertido porque mientras para unos fue un héroe, para otros fue un vulgar ladrón y un asesino).

La Medina de Asilah también se encuentra intramuros, es limpia y muy manejable para los turistas.
No tengas miedo a perderte por sus callejuelas estrechas de casas blancas con detalles en azul o verde. También verás algunos rincones decorados con murales que dan un alegre toque de color al conjunto.

Aunque no vayas a comprar nada de fruta, verdura, especias u otros productos del campo, acércate al Mercado de Asilah (Avenida de Hassan II) para sentir el verdadero ambiente árabe.

El sol está a punto de ponerse así que debes darte prisa para coger sitio en el mirador que hay en la muralla con vistas al mar, suele ponerse hasta arriba de turistas esperando ver el hermoso atardecer.

Al caer la noche diríge tus pasos a la Rue Moulay Hassan Ben El Mehdi (Extramuros) para disfrutar de un paseo nocturno junto a lugareños y foráneos. A estas horas y en verano es un lugar muy animado.
En el Número 51 podemos cenar buen pescado y marisco en el Restaurante Casa García, un lugar perfecto para saber lo que comes, ya que te sentirás como en España.
Si deseas un poco de ambiente marroquí (es normal que para eso hemos venido hasta aquí), ve al comienzo de esta calle y prueba los platos del Restaurante El Espigón.

Fuera de las murallas es posible que te llamen la atención las torres blancas de la Iglesia de San Bartolomé, y no por su espectacularidad, sino por tratarse de una iglesia; Pues sí, en Marruecos también hay. Este es de los pocos templos de este tipo al que se le permite tocar las campanas para la misa de 11 los domingos. Fue construida por un monje franciscano procedente de Galicia.
 

Como comenté al principio, uno de los puntos fuertes de Asilah es su extenso litoral repleto de playas desérticas y tranquilas incluso en los meses de verano. Si buscas relax y evitar tener que escuchar las conversaciones del vecino, que alquien pisotee tu toalla o que el niño de al lado te tire arena en la cara mientras tomas el sol, éste es tu lugar.
Os pondré algunas de las más conocidas separadas de norte a sur para que os podáis ubicar:
Las playas del norte son grandes y de fácil acceso gracias a la carretera n-1 que lleva hasta Tánger. No hay problemas a la hora de dejar el coche pues hay numerosas zonas de aparcamiento.
Comenzaremos por la playa de Asilah, la más cercana a la población y por lo tanto la más concurrida. La parte buena, aparte de sus casi 6 km de arena, es que no necesitas vehículo para llegar. Si te gusta el fútbol es un buen sitio para apuntarse a una pachanguita con los lugareños, les encanta.
En verano dispone de servicios.
A 6 Km encontramos la playa de Briech, un arenal semiurbano situado junto a la desembocadura de un río. En verano tiene sombrillas, tumbonas y chiringuitos donde comer buen pescado.
Tiene aparcamiento vigilado y es perfecta para ver la puesta de sol.
Si seguimos un poco hacia delante por la misma carretera llegaremos a la playa de Oued Tahadart (también conocida como de las Barcas). Es una playa estrecha ideal para ir con niños al no tener mucho oleaje. Por eso mismo hay servicio de alquiler de barcas de pedales, también hay tumbonas, sombrillas y chiringuitos (y no te sorprendas si ves dromedarios por la arena).
Las playas del norte están más preparadas para el turismo.

Si quieres más intimidad dirígete a las playas del sur. Su acceso es más difícil ya que la orografía de esta zona no tiene nada que ver con la anterior y las playas se encuentran acotadas por acantilados.
Hay que recorrer unos 5 km. para encontrarnos con la primera playa, la playa de las Cuevas (o de las Palomas). Podemos ir en coche pero los últimos 2 km transcurren por un camino de tierra mal acondicionado. Otra opción es ir en carro tirado por un caballo que nos costara entre 100 y 200 dh todo el día. También se puede ir andando desde Asilah por un camino que bordea la costa (1 hora aprox). En verano también hay chiringuitos, tumbonas y sombrillas. Suele estar poco concurrida debido a su acceso más complicado.
Más adelante se sitúa la playa de Sidi Mugaits (o del Santo), la más aislada e íntima de todas las que hemos visto. Posee unos 4 km de arena dorada y está enclavada en un bonito entorno natural. Hay pocos lugareños y es perfecta pra practicar surf. Dispone de aparcamiento y del chiringuito El Baraka.

Reportaje de Junio de 2010

En las playas más urbanas intenta evitar el bikini y sobre todo el topless, ya que no están muy bien vistos (De todas maneras no suele haber problemas).

Si estás un jueves, puedes visitar un mercado en el que la gente del interior viene a vender sus productos. Se coloca en el viejo campo de fútbol, junto a la carretera Tánger-Rabat.

Antes os mencioné un par de restaurantes pero aquí os dejo alguno más que he encontrado:

Uno de los má famosos es Casa Pepe, situado en el nº8 de la Plaza Zelaka. Está regentado por Pepe de Almería, y aunque no es el que tiene los precios más baratos, posee una amplia oferta de pescados y mariscos de muy buena calidad.

En la Avenida Hassan II también hay numerosos restaurantes. La gente local va mucho a Assada, lo cual es siempre es buena señal.

Un local curioso y muy marroquí es Arabic, situado en el nº14 de la Rue Al Okuhammed.